Ni buenos ni malos, tan solo diferentes
Leiner Vargas [email protected] | Martes 30 enero, 2018

Reflexiones
Ni buenos ni malos, tan solo diferentes
Pareciera que en el afán de diferenciarse los unos de los otros, de tapar el sol para que no se mire lo hecho o no hecho, o simplemente, para esconder mis debilidades, los partidos políticos y los distintos grupos de interés, que asoman sus intenciones en la actual campaña electoral, pretenden dividirnos entre el mal y el bien. Todos quieren hacer una diferencia, dividiendo a nuestra sociedad entre buenos y malos, liberales y conservadores, ricos y pobres, jóvenes o viejos, hombres o mujeres, empleados públicos o privados, nacionales o extranjeros, a favor o en contra del matrimonio homosexual o tantas otras etiquetas innecesarias que sólo sirven para separarnos como seres humanos. “Divide y vencerás”, la vieja frase de estrategia que se sigue usando en nuestro país, por quienes desconocen que el verdadero sentido de la política es construir, que siempre es mucho más difícil ponerse de acuerdo, que disentir, que es mucho más fácil destruir que construir, que los seres humanos vemos más fácil una mancha negra en una manta blanca, que el tamaño del color blanco que está al lado del color negro.
No, costarricenses, no juguemos ese juego electoral que nos divide y nos hace más débiles como sociedad. No se trata de buenos o malos, de ricos o pobres, de viejos o jóvenes, de hombres o mujeres, de heterosexuales o de homosexuales, de católicos, evangélicos o ateos. La elección de este 4 de febrero de 2018, trata del futuro de nuestra patria y de las prioridades a partir de las cuales los ganadores conducirán nuestro país en los próximos cuatro años, por los que quedarán electos.
El país requiere acuerdos y encuentros, no divisiones o desencuentros. Respeto a la diversidad, sí, respeto y libertad para ejercer los derechos de cada uno a su individualidad, sin alterar los derechos de los demás, sin ofender, sin herir, sin lastimar. Ni el color, ni el sexo, ni la edad o doctrina religiosa, ni ninguna otra etiqueta deberían ser un motivo para dividirnos. Somos diversos como nuestro ecosistema tropical es diverso. Somos diferentes y en esa diversidad nos abrazamos cuando triunfa la selección o cuando celebramos nuestra independencia, somos diversos y en esa diversidad nos ponemos el hombro cuando tenemos una catástrofe o una situación extrema, porque al final, aunque diversos, todos somos costarricenses, todos somos seres humanos.
Siempre existen personas dispuestas a mentir, decir barbaridades de los demás o intentar proyectar lo que no es. Seguro que a corto plazo, eso logra dividir, logra proyectar lo que no es o inclusive hacer pensar a las otras personas que estamos ante un mal. Esa forma de pensar, solamente nos divide y nos lleva a convertirnos en seres humanos degradados, por nuestros propios miedos y falsedades. No, costarricenses, pensemos con cuidado qué nos conviene y qué no nos conviene, votemos sin rencor y respetemos al otro, en su pensamiento y en sus decisiones, no somos malos o buenos, solamente somos diferentes. Debemos respetar y respetarnos, vamos a votar con tranquilidad y entusiasmo por la que consideremos es la mejor opción para el país.
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