Mercados eléctricos competitivos que reducen los precios de la electricidad, llegando inclusive a niveles de precios negativos
Roberto Dobles [email protected] | Lunes 07 abril, 2025

1. La abundancia de generación eléctrica crea una reducción de los precios de la electricidad, incluyendo precios negativos en ciertos momentos
En los últimos años, el auge de las energías renovables ha generado una abundancia de oferta de electricidad en varios mercados eléctricos mayoristas en competencia, lo cual ha venido reduciendo los precios.
Este exceso de la oferta de electricidad proviene de varias fuentes, y en particular de los excedentes que se generan con la generación solar y eólica, que son las dos fuentes de energía más baratas actualmente.
En los momentos cuando la oferta supera la demanda eléctrica, y no hay suficiente demanda para absorberla, los precios mayoristas de la electricidad empiezan a reducirse significativamente y, si este exceso persiste y es alto, los precios llegan a ser negativos.
La principal causa de este exceso de oferta es una sobreproducción de electricidad en varios momentos del día que, al provenir de fuentes renovables como la solar y la eólica, no puede ser almacenada. Hay algunas opciones de almacenamiento, como las baterías eléctricas, pero son reducidas actualmente y sus costos pueden ser altos
Estas situaciones se han venido presentando en los países donde existen mercados mayoristas de electricidad en competencia, tales como en Europa (en países como Alemania, Francia y España) y en los EE. UU.
2. Consideraciones adicionales sobre las circunstancias que conducen a precios negativos de la electricidad
En esta sección se incluyen las consideraciones que se encuentran en un artículo titulado “¿Qué son los precios negativos?”, publicado por Energías Renovables el 15 de mayo de 2024, sobre el caso de España.
El día 1 de abril de 2024 pasará a la historia de la electricidad en España porque, durante tres horas (15.00, 16.00 y 17.00), en el mercado mayorista diario (pool), el precio de la energía eléctrica (el precio del megavatio hora) fue negativo.
El precio negativo puede aparecer en el mercado diario mayorista (el coloquialmente conocido como “pool”) en aquellos momentos en los que coinciden, por una parte, mucha oferta (muchos productores que quieren vender su electricidad solar, y eólica, nuclear, hidroeléctrica y de gas natural, a la vez) y, por otra, poca demanda, porque resulta que son, por ejemplo, las cuatro de la tarde de un domingo y hay mucha industria parada y es primavera y las temperaturas son suaves y no hay ni aires acondicionados ni calefacciones eléctricas funcionando… ergo… poca-poca demanda.
Los precios negativos pueden aparecer entonces (en esos momentos de baja demanda) porque hay instalaciones de generación de electricidad que no pueden (o no quieren) parar de producir.
Es decir, que las empresas productoras de electricidad tuvieron que pagar por verter megavatios hora a la red.
Pongamos varios ejemplos: una central hidroeléctrica fluyente (de filo de agua), que tiene que turbinar las aguas sí o sí; un generador que vendió con mucha antelación su producción y tiene que inyectarla a esas horas porque si no lo hace… no cobra; o una planta nuclear o una central de ciclo combinado de gas natural que prefieren pagar durante unas horas por verter su electricidad a la red a tener que parar sus máquinas para volverlas a arrancar poco después.
Si la pregunta es “¿y por qué van a preferir pagar antes que parar?”… la respuesta es “pues porque resulta que a los reactores nucleares y a las centrales de ciclo combinado de gas natural les puede salir más caro arrancar y parar, arrancar y parar, que mantener al ralentí sus máquinas durante unas pocas horas para aumentar potencia cuando haya más demanda”.
Por eso las nucleares y los ciclos combinados (que consumen gas natural para generar electricidad) pueden estar dispuestos a pagar por inyectar su electricidad a la red. Porque –sencillamente– es que les sale más barato pagar (un precio negativo) que parar sus turbinas para poco después volverlas a activar.
Heikki Willstedt, director de Políticas Energéticas y Cambio Climático de la Asociación Empresarial Eólica (AEE), dice de los precios negativos que son simplemente “un síntoma de que hay más oferta que demanda y de que, en el sistema, no cabe toda la energía”, pero matiza en todo caso: el hecho de que esos precios sean cero o negativos en el mercado mayorista no quiere decir que los productores estén cobrando a cero sus megavatios hora.
Puede haber compañías que hayan vendido su producción mucho antes a través de un contrato bilateral a un cliente a un precio determinado (60 euros, el megavatio hora, por ejemplo) y que, en el día de marras, prefieran pagar para poder inyectar esa electricidad en el sistema y atender así a su cliente.
Los precios negativos registrados en este mes de abril han oscilado entre los 0,01 céntimos y el euro y medio por megavatio hora, por lo que el pagar por inyectar sale más rentable si el generador vendió a plazo, hace ya un año, su producción por ejemplo a 60 euros. Vamos, a tener que pagar un céntimo y la empresa gana 59,99 euros por megavatio hora.
“Puede ser que un 10% de las instalaciones estén expuestas al precio real del mercado y que el 90% estén cobrando de otra forma o tengan cobertura” (las coberturas son una especie de seguro que contratan los productores para asegurarse un precio; con ellas se les compensa si el precio baja mucho, o pagan y devuelven parte de lo que cobran si el precio es muy alto, pero se aseguran una cierta cantidad y se olvidan de los vaivenes del mercado).
Willstedt adelanta para empezar que “hay una parte coyuntural” en todo esto. Pero en todo caso matiza: “una instalación eólica tiene una curva más invernal y más nocturna, y ahora mismo es más fácil de financiar, porque las horas cero o negativas no están ahí; esas horas suceden durante el día. O sea, que la que tiene el problema principal es la fotovoltaica, porque todas las instalaciones generan a la vez”.
Y el parque solar fotovoltaico (FV) nacional ha crecido extraordinariamente en los últimos cinco años: había 5.500 megavatios de potencia instalada en 2019 y hoy hay más de 26.000. Y generan todos a la vez.
Al efecto FV (cada vez más producción solar y toda a la vez) se le ha sumado un abril muy húmedo (la generación hidráulica se ha incrementado en más de un 168% con respecto a la de abril del año pasado) y, así, han florecido a lo largo de todo el mes los precios cero y negativos.
Greenpeace estima que “es probable que veamos episodios así cada vez con más frecuencia”, y califica el hecho de “buenísima noticia en términos generales”.
Los ecologistas consideran que los precios negativos mandan “señales de interés para acelerar la electrificación” de ciertos sectores todavía muy dependientes del gas o el petróleo, “como la industria y el transporte”.
Porque pasar al vehículo eléctrico tiene más sentido si la electricidad es mucho más barata que la gasolina, y pasar de la calefacción de gas natural a la eléctrica también se ve incentivado si el precio del megavatio hora es bajo.
“Gana el consumidor y gana el sistema”, explica la oenegé del arco iris, que pone el énfasis en el ahorro económico del primero (el usuario) y en el ahorro de emisiones de CO2 que se deriva del abandono de los combustibles fósiles.
El problema –apunta Willstedt– es que podría ralentizarse la instalación de nueva potencia renovable si no crece la demanda. Porque los promotores podrían encontrar problemas para financiar sus instalaciones, o, simplemente, podrían esperar a que escampe.
¿Solución? Incrementar la demanda, para que tenga sentido instalar más potencia renovable y acabemos además de descarbonizar el sistema eléctrico, que ese es el objetivo energético–climático (descarbonizar) que persiguen España y Europa en el corto–medio plazo.
Willstedt concreta: “tendríamos que estar todos pensando en cómo aumentar la demanda, cómo favorecer la instalación en España de nuevas industrias, de centros de datos (que son instalaciones que demandan mucha electricidad), cómo impulsar el coche eléctrico… cómo impulsar todo lo que consuma electricidad, y no estar concentrados en parches, como poner baterías”.
El analista de mercados energéticos Juan Antonio Martínez Rodríguez, del prestigioso Grupo ASE, plantea una valoración similar. “En las horas solares hay una sobreoferta renovable, y algunas nucleares se están viendo obligadas a tener que ofertar a un precio negativo para no desacoplarse, y puede ser que también haya alguna central de carbón o de ciclo combinado de gas natural dispuesta a entrar en ese terreno negativo para no incurrir en los costos derivados de volver a acoplarse o conectarse a la red, que podrían ser superiores”.
Dos reflexiones para acabar. La primera: “los precios negativos son ocasionales. Esta no será la última vez, pero se dan en momentos muy concretos. No son algo que pueda perdurar en el tiempo. Al final el mercado se ha mostrado siempre capaz de equilibrar oferta y demanda. Aunque no sea de forma inmediata”, opina Martínez Rodríguez.
Y dos: “el mercado –insiste en la misma línea– se autorregula. Sí que es verdad que tenemos un problema de exceso de sobreoferta de energía renovable en este momento. Y, bueno… la demanda tendrá que reaccionar”.
¿Y cuál es la solución? Todos los expertos coinciden que hay activar demanda de electricidad y las soluciones de almacenamiento (bombeo, por ejemplo).
La solución es incrementar la demanda (para absorber la producción que hay y, sobre todo, la que viene) y ahondar en la flexibilidad: conseguir herramientas que permitan almacenar la electricidad y usarla a demanda en las horas críticas.
3. Conclusiones
Con el fin de reducir los costos y aumentar la seguridad de suministro, muchos países en el mundo están desarrollando mercados eléctricos mayoristas en competencia y están implementando paralelamente nuevas estrategias de planificación y operación de los sistemas eléctricos y nuevas y mejores tecnologías de generación y de redes de transmisión y de distribución de electricidad.
Con respecto al desempeño de los mercados eléctricos competitivos en el mundo, el sistema eléctrico nacional tiene una estructura obsoleta para los tiempos actuales y tiene también costos mucho más elevados y una seguridad de suministro menor.
Para poder enfrentar esta reducción de la seguridad del suministro eléctrico, causada por una insuficiencia en el desarrollo de las fuentes nacionales de energía, el país ha tenido que aumentar la dependencia externa para enfrentar el déficit de generación eléctrica con fuentes nacionales a través de las siguientes acciones:
• Mayores importaciones de los caros búnker y diésel importados que se usan en las plantas térmicas, tanto del ICE como alquiladas.
• Mayores importaciones de la región de la cara electricidad de la región.
Ha sido gracias a las importaciones petroleras para generar electricidad y a las importaciones de electricidad de la región que el país no ha tenido apagones.
La independencia energética y la creación de abundancia de fuentes nacionales de energía que se está dando en muchos países del mundo no está ocurriendo en Costa Rica.
Adicionalmente, como en el país no existe un mercado eléctrico en competencia, no se están dando las reducciones de los precios de electricidad que sí se están dando en el mundo, los cuales pueden llegar a niveles de precios negativos en varios momentos.
En el subsector eléctrico nacional, lo que existe en el mercado de la generación eléctrica es un monopsonio muy rígido, el cual es parte de la estructura eléctrica, cuyo suministro eléctrico provee el 22% del consumo energético nacional.
En el subsector de combustibles, lo que existe es un monopolio en el mercado de la importación y distribución a granel de derivados de petróleo, el cual provee el 65% del consumo energético nacional.
El 87% del abastecimiento energético nacional (22% + 65%) tiene problemas de altos costos y de baja seguridad de suministro por la excesiva dependencia de factores externos sobre los cuales el país no tiene ningún control.
Entre estos factores externos que crean altos costos y baja seguridad de suministro se encuentran los crecientes impactos del cambio climático en la generación eléctrica y los vaivenes imprevistos, geopolíticos y especulativos del mercado petrolero internacional.
Contrario a lo que está ocurriendo en el mundo, en Costa Rica hay grupos políticos y sociales que están actuando como si el mundo no estuviera cambiando.
Estos grupos han venido impidiendo que se realicen los cambios que el país requiere para satisfacer crecientes necesidades de reducir los costos de la energía, aumentar la seguridad del suministro energético e implementar rápidamente las nuevas tecnologías que continuamente están emergiendo.
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